Entró un señor, algo corto de vista, a una tienda de animalitos. Se acerca a la dependienta y le pide que le venda un loro.
La dependienta que no tenía loros, tenía un buho y se lo quería quitar de encima. Al ver que el señor no veía tres en un burro, se lo colo.
El señor, después de unos días, vuelve enfadado y le dice:
Señor: Señorita, le vengo a devolver el loro, porque no habla nada.
Y le dice la dependienta: Bueno hablar mucho no habla, la verdad. Pero fijarse, ¡Se fija muchooo! ¿No le parece?
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Hace 1 año
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